Dentro de la profunda constelación de astros que orbitan NASCAR, su última gran leyenda conquistó a todo el mundo gracias a un encanto juvenil ataviado de marcada mullet con bigote, carácter temerario y un estilo desenfadado que lo transformaba en el mayor rockstar del asfalto.
Jeffery Michael Gordon, mejor conocido como Jeff Gordon, nació en Vallejo, California, el 4 de agosto de 1971 y desde los 5 años comenzó a correr compitiendo en Quarter Midgets.
Hijo de William Grinnell Gordon y Carol Ann Brickford, adoptó como una de sus primeras pistas el Roy Hayer Memorial Race Track, antes conocido como CrackerJack Track en Rio Linda.
Su amor por las emociones fuertes lo llevó a experimentar con bicicletas BMX y, a los 8 años, ganó su primer campeonato de autos miniatura, mismo que repetiría a los 10.
Con gran talento, experimentó en karts y doblegó a competidores mucho más grandes que él, por lo que a los 13 años su familia se mudó a Pittsboro, Indiana, con la finalidad de apoyar su carrera, ya que ahí tenía mayores posibilidades de desarrollarse.
¿Cómo fue la llegada de Jeff Gordon a NASCAR?
Gordon correspondió el gesto familiar y antes de los 18 se llevó el nombramiento como Novato del Año en el campeonato nacional de midgets de 1989, mientras que dos años después ascendió a la USAC Silver Crown, convirtiéndose a la edad de 20 en el piloto más joven en ganar el título.
Famoso por aparecer en el programa Thursday Night Thunder, se orientó hacia los stock cars y por consejo de un amigo suyo decidió inscribirse en la escuela de automovilismo de Buck Baker en el Autódromo de Carolina del Norte en Rockingham, donde pulió sus últimos detalles antes de dar el salto al estrellato.
Aunque apuntaba a participar en IndyCar, su falta de recursos económicos lo obligó a cambiar de camino y enrolarse a NASCAR luego de una mezcla entre buen rendimiento y la suerte del destino, que le permitió conocer poco a poco a las personas correctas hasta debutar en Xfinity Series con Bill Davis.
Finalmente se enroló en Cup Series con Hendrick Motorsports, que sería su casa de toda la vida y el equipo donde se hizo popular manejando un mítico Chevrolet Número 24, insignia de su carrera.
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Un arranque con turbo
Debutó durante la Hooters 500 de 1992 en Atlanta Motor Speedway, curiosamente durante la última carrera de Richard Petty. Ese día Gordon acabó en la posición 31 luego de estrellarse tras 164 vueltas.
Al año siguiente corrió su primera temporada completa y ganó una de las carreras clasificatorias para las 500 Millas de Daytona, además de ser reconocido como Novato del Año al finalizar la temporada en el lugar 14. Sólo un adelanto de todo lo que estaba por venir.
1994 marcó su primera victoria de peso durante el Charlotte Motor Speedway en la Coca Cola 600, nada más y nada menos que la carrera más larga del calendario, además de las 400 Millas de Brickyard en el famoso Indianapolis Motor Speedway, gestas que le valieron el reconocimiento del público y sus compañeros.
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La época dorada de Jeff Gordon
1995 fue su graduación al obtener su primer corona tras vencer a Dale Earnhardt durante la última carrera de la temporada, un simbólico pase de estafeta que confirmaba la llegada de este nuevo ídolo, aunque se quedó con las ganas de revalidar el título en 1996 debido a un mal inicio que lo hundió al subcampeonato.
Durante 1997 conquistó el mítico 500 Millas de Daytona, el Coca-Cola 600 en Charlotte y las 500 Millas Sureñas de Darlington, este último de manera épica tras superar a su tocayo Burton durante las vueltas finales, con esto lograría dos grandes gestas:
Una de ellas fue convertirse en el primer hombre que levanta 3 de los 4 eventos Grand Slam en una misma temporada desde Bill Elliot, y la otra fue obtener su segundo campeonato.
Por si fuera poco, protagonizó una curiosa historia al desplegar uno de los vehículos más poderosos que se recuerden: el mítico T-Rex, tan voraz e imparable que, a pesar de no romper las reglas, recibió la prohibición de seguir corriendo.
Fue en The Winston, una carrera de exhibición, que The Flying Doctor se subió a esta maravilla de la ingeniería, una que jugaba, dormía, elongaba y se brincaba de ida y vuelta sobre el área gris de lo permitido en el estricto reglamento de NASCAR.
Su decoración memorable que promocionaba la secuela de Jurassic Park se llevó de inmediato los ojos de todo el mundo, pero las miradas debieron ser a la velocidad de la luz para cachar al conductor, que conquistaba la pista fácilmente… tan fácil que ganó con 7 segundos de ventaja.
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El piloto que le dijo “NO” a la Formula 1
Sus heróicos triunfos lo arrojaron al mundo de la farándula, haciendo apariciones en todo tipo de programas como Saturday Night Live, y teniendo escandalosos matrimonios con una Miss Winston a la par que los patrocinadores se peleaban por tener un espacio en su vehículo, siendo Dupont el proveedor principal.
El auto lleno de colores que manejaba habilidosamente por las pistas era tan llamativo como temible; los rivales sabían que no había escapatoria cuando lo veían en el espejo, pues serían rebasados por un habilidoso corredor que se ganó el mote de Rainbow Warrior.
Con el mundo a sus pies, o más bien a las ruedas de su auto, Gordon defendió con éxito sus triunfos en Charlotte, Darlington e Indianápolis, además de lograr 13 victorias a lo largo de la campaña, llevándose el bicampeonato y empatando el récord de carreras ganadas en una sola temporada, ostentado por Richard Petty.
Por supuesto que todo eso lo convirtió en el objeto del deseo de Fórmula 1, que lo tentó durante años pero jamás logró llevárselo a pesar de la insistencia de pilotos como Juan Pablo Montoya y Jacques Villeneuve.
“Era divertido, pero no era realista. Dije: ‘estoy con el mejor equipo y estoy ganando carreras y campeonatos, ¿Y se supone que tengo que dejar todo eso atrás y básicamente empezar mi carrera de nuevo?’ Si me hubieran dado la oportunidad en un coche adecuado, habría sido difícil decir que no, pero también amo NASCAR. No me veía empezando de nuevo”, señaló en su momento.
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El último campeonato de Jeff Gordon
Su talento era indiscutible, pero a pesar de que sumaba primeros lugares al por mayor, la inconsistencia de su equipo provocó que en 1999 acabara sexto, una mala posición que empeoró a inicios de milenio, cuando sin Ray Evernham, su Jefe de Mecánicos, finalizó noveno.
Para 2001 resurgió para colgarse su cuarto y último campeonato de Copa NASCAR, aunque siempre se consideró una injusticia que no hubiera logrado más, ya que de no haber sido por el cambio de formato competitivo hubiera conseguido 3 títulos más.
La llegada del Chase The Cup condicionó para siempre su carrera y,a pesar de que en 2004 logró la mayor cantidad de unidades en la temporada, finalizó tercero por debajo de Kurt Bush y su compañero Jimmie Johnson.
2005 lo comenzó con un triunfo en Daytona, pero después cayó víctima de la inconsistencia, y un choque contra la pared lo dejó en el puesto 11 de la temporada, quedando fuera del Top 10 por primera vez desde 1993.
Para 2006 acabó en sexto, y al año siguiente agarró su segundo aire luego de una impresionante seguidilla de resultados que incluyeron 6 triunfos y 30 Top 10 de 36 posibles, no obstante el impulso sólo le alcanzó para llegar al segundo lugar, por debajo de su coequipero, quien consiguió más triunfos.
¿Cómo fueron los últimos años en la carrera del Guerrero Arcoíris?
A partir de 2008, Jeff comenzó a acusar el paso de la edad y ni siquiera ganaría una carrera, hecho negativo que repitió en 2010, mientras que 2011 sumó su victoria número 85 en NASCAR, quedando detrás del récord histórico obtenido por Richard Petty y David Pearson.
Para 2012 logró entrar a Playoffs, quedando décimo al final, y durante 2013 también exhibió buenos números con una victoria, 8 Top 5 y 17 Top 10 que lo dejaron en sexto, mientras que en 2014 se quedó a nada de calificar a la ronda final, pero un choque en Texas lo impidió.
2015 fue su última temporada a tiempo completo, y la llevó de gran manera al terminar tercero, con lo que le puso fin a una envidiable trayectoria, aunque no su pasión por los autos, pues durante 2016 sustituyó 8 veces a Dale Earnhardt Jr, el hijo de su gran rival, además de enrolarse como comentarista en Fox Sports.
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Estos son los récords de Jeff Gordon
En total, Gordon se convirtió en el piloto más laureado de la era moderna con 93 victorias. Ganó 4 títulos, fue subcampeón en 2 y acabó tercero en 3 más.
Logró finalizar 235 veces en el Top 5, 477 en el Top 10, y sumó 81 Pole Positions, además de firmar récords como el del corredor con más victorias en circuitos mixtos, en carreras bajo uso de placa restrictiva, con más top 5, 10 y triunfos en una misma temporada, entre otros.
Participó 22 veces en la Carrera de las Estrellas, ganando 3, y probablemente su registro más impresionante sea el de 797 carreras sin parar, participando durante 23 años sin perderse un solo evento.
Fue tres veces ganador de las 500 Millas de Daytona, 6 de las Sureñas, 4 de las de Alabama, 5 de las de Indianápolis y 3 de las de Charlotte, además de dominar 5 veces en Bristol, 9 en Martinsville, 5 en Sears Point y 4 en Watkins Glen.
Dominador en todo tipo de circuitos, su figura nunca tuvo fecha de caducidad, e indiscutiblemente fue ingresado al Salón de la Fama del Automovilismo durante su primer año como elegible.
Dueño de una inmensa fortuna según Forbes, Gordon invirtió el dinero en su mayor pasión, y ahora es copropietario de su antiguo equipo, a la par que disfruta la vida familiar y las apariciones en películas, tal como ya lo ha hecho en Looney Tunes y Herbie.
Su figura inspiró a la creación del personaje Jeff Corvette, de Cars, pero principalmente motiva diariamente a miles de fanáticos al automovilismo que crecieron con la mítica figura del californiano.
Intrépido, sagaz, temerario, atrevido, ganador, carismático, fanático de los videojuegos, el skate y el breake dance, pero principalmente una máquina de récords, así es la enorme leyenda de Jeffery Michael Gordon, el imbatible número 24.